APRENDER A SABER ESCUCHAR

Jaume Patuel

Una de mis experiencias, hace décadas, pero más aún hoy en día es “la necesidad que tienen, y tenemos, las personas de hablar y de ser escuchadas”. Y esto pide, como contrapartida «saber escuchar». Y «saber escuchar» es un aprendizaje humano que pide un esfuerzo interior considerable. Es vaciarse de sí mismo/a para permitir que la otra persona te encuentre dispuesto. Pura empatía y compatía, que no es la simpatía. No te pide ni opinión ni consejo, sólo quiere ser escuchada. Pero cuando escuchamos debemos intentar evitar al no formular y pensar la respuesta que le podemos dar… Una realidad relacional humana muy compleja.

       Pero es necesario hacer el esfuerzo de aprender a escuchar. Y viene a la cabeza en estos momentos por propia experiencia y por comentarios de otros, la situación que se encuentran médicos y médicas: Escuchar y escribir en el ordenador a la vez. Debo constatar el esfuerzo que hacen por atender o escuchar humanamente…. Las nuevas tecnologías nos están pidiendo otra forma de escucha. No hay pedagogía porque todo es nuevo. Todo va deprisa. Y existe una cierta deshumanización. ¿Cómo lo haremos? Lo que queda claro es una atalaya totalmente personal. O en otras palabras: adquirir madurez al hacer uso de los nuevos medios.

       Y «saber escuchar» requiere «querer escuchar». Y aunque se quiere escuchar, existe la necesidad de hablar. ¿Cómo conjugarlo? Ciertamente, hay muchos libros que hablan. Por citar uno histórico: EL ARTE DE ESCUCHAR de Erich Fromm, del año 1975. Hay otros como también de artículos. Es muy fácil escribir. Resumiendo, cada persona debe hacer su método desde la propia interioridad.

      Por tanto, un primer paso profundo y necesario para “saber escuchar” es necesario aprender a escucharse a sí mismo, auscultarse. Penetrar y compenetrarse con uno/a mismo/a. ¿Cómo soy? ¿Qué soy? ¿Quién soy? ¿Para qué sirvo? Y otros cuólibitos. Todo ello por la sencilla razón, que si no te has enfrentado, no digo resolverlo porque probablemente nunca lo puedas resolverlo porque estamos siempre en proceso de cambio y mutación, puedes mezclar o proyectar o poner en la otra persona a los tuyos propios problemas, angustias o inquietudes. Y aquí hace falta, pienso, citar el artículo que Sigmund Freud publicó hace cien años, en 1923, a demanda de la editorial “Enciclopedia británica” que hacía un libro sobre ”Los hacedores o constructores del siglo XXI”. Y Freud era considerado allí. En este artículo, breve y claro, el que título es: BREVE INFORME DE LA HISTORIA DEL PSICOANÁLISIS, recuerda dos cosas, entre otras. La primera, pone de forma empírica sobre la mesa, «el mundo inconsciente». Hoy muy olvidado por no decir manipulado o reduciéndolo a la reflexión introspectiva, cuando es lo que empuja al ego-freudiano a pensar y actuar. Y la segunda idea presenta «una nueva psicología», el psicoanálisis, como una psicología profunda de la normalidad. Personalmente, me gusta decir «una antropología psicoanalítica». Por otra parte, Freud critica y no acepta que se reduzca el psicoanálisis sólo en el campo de la clínica si bien es la base de esta ciencia y arte. Un inicio, no un final.

         Dada esta información, el silencio interior es absolutamente imprescindible para poder escuchar sinceramente al prójimo. No matar al ego sino situarlo, en este silencio, al margen de nuestra interioridad para que pueda contemplar la inmensidad de los mundos existentes. Y de ahí surgirá «la capacidad de escucha, que es un arte, no una ciencia». Y hablando del silencio, un libro que fue publicado hace dos años, de una persona bien experimentada, Teresa Guardans: LAS CLAVES DEL SILENCIO (2021) es muy inspirador por esta temática.

 Esta actitud pide, ciertamente, buscar aquellos lugares adecuados, pero también cualquier sitio físico es adecuado si se sabe gestionar la relación de hablar, no charlar, y escuchar, no oír. Pero al mismo tiempo entiendo que quien escucha se hace un gran favor a sí mismo/a por la riqueza humana que aprende, que no es poca, además del gran bien que hace a quien habla.

           El Dalai Lama tiene este pensamiento: Cuando hablas, sólo estás repitiendo lo que ya sabes. Pero si escuchas, puedes aprender algo de nuevo.” O bien un pensamiento del sabio judío Jaume en la carta que escribe a su grupo de vida, se encuentra en el libro de la Buena Nueva: Esté todos preparados para escuchar, pero lentos para hablar y más para enojaros.

         Podemos encontrar muchas más, pero en resumen, “saber escucharse, dialogarse, comprenderse es el primer trabajo por aprender “el arte de saber escuchar”, lo que lleva los verdaderos diálogos a los diferentes ámbitos. Y así, el diálogo, saber escuchar, es mucho más potente que la potencia de la violencia que hace comprender la impotencia de la violencia. Y recordando que el ser, que lo llamamos humano, es un ser animal viviente, pero inacabado, que la palabra lo completa, la cual crea la cultura y nos abre los ojos a una doble realidad: Vivir y contemplar. Y el arte de escuchar también está presidido por el arte de contemplar la inmensidad de los mundos.

        Y concluyo en un pensamiento que me llama la atención. Escrito hace más de 25 siglos, hacia el s. IV aec, que se encuentra en un libro titulado Proverbios: Quien rechaza aprender, cae en desgracia.

 

Jaume PATUEL pedapsicogogo

1 Comment

  1. Antonio Sánchez · 6 noviembre, 2023 Reply

    Muy bueno,aunque hace más de 20 años que me enseñaste a escuchar más que hablar yo

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