¿DESDE DÓNDE MIRAS?

Jaume Patuel

      Alpargatas, escaleras, helicóptero, avioneta, avión, satélites son lugares para contemplar la realidad. ¿Desde qué lugar contemplamos el mundo y hablamos? La mirada es muy diferente según dónde estemos situados: ¿Desde dónde miras? Las visiones son totalmente diferentes y todas válidas, pero reductoras. Ahora bien, si no se conjuga la visión global con la acción local se obtiene una mirada o pensamiento esquizofrénico. Es decir, nada que ver con la realidad.

       Es necesaria siempre la serenidad interior para que el discurso elabore la conjugación de la globalidad con la acción local. Sólo esta coherencia de la palabra y el hecho crea y genera confianza. Y esta confianza básica o epistémica se da en un entorno donde se vive y se transmite. Es una necesidad de primer orden para dialogar, relacionarse, crecer y madurar tanto individualmente como colectivamente. Solo es preciso oír a los responsables de la vida ciudadana apelando a la confianza. Pero la confianza nunca se impone, se gana. Fácil de perder y difícil de recuperar. Y esto incluye también, y con mucha más razón, a la justicia, sea la que sea.

   Pero la mayoría hablamos desde el nivel del suelo, es decir, pisando nuestro metro cuadrado con las alpargatas. Miramos y contemplamos la realidad con una percepción muy reducida y desde un cerebro concreto, por tanto, limitado. En esta percepción ponemos una atención concentrada y también limitada. Hechas estas operaciones hacemos un salto brutal, mágico y muy humano: Damos una explicación de totalidad, de generalización. Y si esto lo acompañamos con un buen razonamiento o una explicación con un buen ejemplo, lo convertimos en un mito. Nos creemos que es la «verdad objetiva» o mejor aún: que cae del cielo o es voluntad divina. Una creencia intocable.

  Y entonces viene la réplica cientificista, no científica: ¿Puedes demostrarlo? Y nos damos cuenta de que cada objeto tiene su utilidad y eficacia. Es decir, no nos sirve la misma escala para sacar unas bombillas o subir a un lugar elevado. Cada objeto o finalidad pide su método o escala. Cosa que se olvida con muchísima frecuencia. Una sola escalera o un solo método: el científico., Pero, ¿quién impone solo este? No la ciencia, sino el poder.

     Y si entramos, como he indicado, en el mundo de la opinión, ¿desde dónde la construyo?  Y pensando en la crisis humanitaria, ¿cómo podemos configurar un nuevo mundo mundial? ¿Se trata de hacer una nueva Humanidad donde las fronteras son porosas o los idiomas se pierden?; o ¿un grupo pequeño, el llamado Club Bilderberg, mueve los hilos sin alma? Nos encontramos que el mundo financiero no queda bajo el control de ningún Estado, como tampoco no tiene fronteras porque va más allá de estas divisiones porosas. Además el Estado absorbe las diversas naciones, las cuales quieren mantener su propia historia. Esto es nuevo y viejo a la vez. Una nación quiere colonizar a otra. Y de ahí la gran violencia del poder. Y hoy, siglo XXI, la gran lucha de quién guía la Humanidad: ¿Estados Unidos, la vieja Europa, la nueva China, la Rusia imperial o el imperio Otomano? A nivel mundial, ¿qué partido político quiere hacer suyo el poder? El gran cuodlibeto es: ¿Por qué quieren guiar? Ciertamente, la búsqueda del poder por el poder para el poder y más, sustentando en el mundo del dinero. Y nada más. ¿Opinión o realidad?

     Y ante un panorama así, es preciso que la información devenga conocimiento y éste se convierta en sabiduría. Así evitar que la información sea desinformación o ignorancia. Hay que reflexionar y tener capacidad crítica, formarse no sólo un pensamiento propio sino una opinión propia. Un nuevo discurso donde quepa la pluralidad, la inclusión y el respecto a cualquier ser humano. No tragarse las informaciones como verdades intocables, firme quien firme el artículo: Nadie es «dios». Una cosa es la realidad real y la otra es la realidad virtual. La primera es el metro cuadrado en el que vivimos, de la que somos responsables y sacamos la visión; y la otra dependerá de las fuentes informativas: Hay que poner en duda siempre las “oficiales”.

   La estadística no es la cordura. La estadística no es la verdad objetiva. Hay que comprender que la guerra no es la paz, la esclavitud no es la libertad y la ignorancia no es la fuerza. Estas últimas ideas sacadas de la novela: 1984 (Ediciones 62. 2003) por George Orwell (1903).

  ¡Cuánta información es «infoxicación»! que es el exceso de información como intoxicación! La función del mass media, la mayoría de la prensa, es entrenar la mentalidad de la sociedad hacia la devoción al gobierno y al orden social, económico y político. Generar miedo a perder lo que se tiene, como el lugar del trabajo. Anular la objetividad total en pro de la verdad interesada, la cual se convierte en pro de la mentira en función de la codicia de la gente, mejor dicho, de algunas personas concretas, que tienen el poder invisible o, como se dice hoy, el «deep state», o «la mano invisible», que mueven los hilos del mundo financiero con el poder de decidir. ¿Qué les motiva? Tal vez sentir “el más poder”.

   No olvidemos que el agua es al árbol como la libertad de expresión es a la democracia auténtica. Y hoy el (los) poder (es) tiene (n) los medios para controlar todo el mundo y del todo, salvo la consciencia profunda donde anida la libertad íntima.

    Por lo tanto, ¿desde dónde miramos, observamos, contemplamos? ¿Dónde nos apoyamos para ver? Según el sitio, nuestra visión será más ancha, estrecha, pero siempre subjetiva, no subjetivista, honesta como válida, y siempre abierta al diálogo.

     He leído un libro, que me atrevo a recomendar: Perdidos. ¿Quién maneja los Hilos del poder? Los planas secretos del Club Bilderberg, (mr.2013) por Cristina Martín Jiménez (1974).

 

Jaume PATUEL PUIG (1935), pedapsicogogo.

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