LA SALUD DIGITAL

 

Jaume Patuel

El título me viene dado por unas jornadas celebradas en febrero en Roma en el  centro de actividad pastoral de la Universidad Salesiana. Una entidad dedicada y especializada en el mundo pedagógico de la adolescencia y juventud, teniendo en cuenta unas psicologías de trasfondo. Entre ellas, ciertamente, la psicología dinámica. Por otro lado, constato cómo este enfoque es muy desconocido en el mundo de la enseñanza.

   La etimología de la palabra salud viene del latín: salus que significa «totalidad, entero«. Se busca una estabilidad, una integridad. Y si llegamos a la raíz indoeuropea: solidez. Y la definición de la OMS (Organización Mundial de la Salud): «Un estado de completo bienestar físico, mental y social no únicamente la ausencia de afecciones o enfermedades«. Es necesario saber que esta definición es del año 1948. Los tiempos cambian. Y habría que modificarla para pasar de un bien.estar a un bien.ser en nuestra lengua como indicó Jordi Font sj, cofundador de “la fundación Vidal i Barraquer” en Barcelona y  cerca de nuestra sede de la ACPP. Era la definición de salud mental recogida en la ponencia Función social de la medicina, en el X Congreso de Médicos y Biólogos de Lengua Catalana de 1976. Entiende la investigación como herramienta para aliviar el sufrimiento humano desde una dedicación constante. Y como eslogan se hizo: “salud es la forma de vivir autónoma, solidaria y gozosa”; o dicho de otra forma: “la salud es expresión de la vida a diferencia de la enfermedad, que es sólo un accidente que si se supera aumenta la salud integral”.

     Aun así, a la palabra salud se le añade un adjetivo para concretar el aspecto: físico, mental, espiritual y otros. Ahora emerge “la digital”, cuando con la palabra “salud humana o integral”, recoge todos los añadidos que puedan poner. Pero no va mal remarcar algún aspecto para intensificar la investigación no únicamente científica, que es imprescindible, pero ésta no abarca la totalidad o la integridad del Ser Humano. Aspecto no considerado para decir no interesado desde el mundo cientificista, no el científico. Y, además, querer ser el único que tiene las respuestas ciertas y acertadas. Afortunadamente, las miradas son plurales y no reduccionistas. Y más ahora con la aportación de la física cuántica, maravillosa aportación, que debemos aceptar, pero tampoco tiene la última palabra…. Nos resuelve enigmas, pero no el Misterio que la psicología profunda ya contempla en la línea de la psicología transpersonal. Acaban de salir los dos volúmenes, en castellano, de Stan Grof (1931-…): “El camino del psiconauta. La enciclopedia del viaje interior” (2022). Entiendo de lectura obligada en el mundo psiquista para conocer la ampliación de nuestro mapa mental. Además, existe la toma de ciertas drogas, como explica Manuel Almendro (1953…) en “El laberinto de la Ayahuasca” (2018), recordando que es el introductor de la psicología transpersonal en el estado español.

   Y ahora tenemos la robótica, la inteligencia artificial y la digital. La digital se refiere a las relaciones humanas en el uso de la técnica. Por eso se habla de “la mentalidad tecnológica” , pues  empezamos a ser más consciente de ello. Buscamos la rapidez, la comodidad, la eficiencia en hacer las cosas. No sólo de forma consciente, sino que aprendemos el hábito de forma inconsciente y eso siempre que existe una nueva técnica o nuevos instrumentos. En pocos años ha habido un salto muy significativo en el mundo global o si desea en “la maquinaria global”. Algunos con el golpe de estado mundial financiero van consiguiendo construir una gran máquina que integre a toda la humanidad y manipularla. En parte se ha llegado, pero no en su totalidad. Por eso el gran grito: “Salud o liberación digital”. Necesitamos una ética ante este desafío. Y el mundo psiquista tiene mucho que decir, especialmente la psicología dinámica o también llamada profunda porque toca y conecta con ámbitos de la personalidad más allá del ego. Recuerdo el libro de Washburn, Michael (1943…):  ”El ego y fundamento dinámico”(1997).

     Por eso es necesaria una fuerte salud digital o de relaciones humanas. O bien la palabra que se utiliza: Humanizar las relaciones digitales. Es necesario educar  los entornos para no caer en disfunciones o disonancias o en desequilibrios. Cultivar sanamente las redes sociales para que nuestra identidad, nuestro simpático e imprescindible “ego” no quede diluido, pillado, atrapado, despreciado en las redes sociales. Es necesaria una salud liberadora. Los poderes fácticos inhumanos o reducidos a sus propios intereses individualistas esclavizan con engaños, mentiras, sofismas y otros medios a las masas. Es necesaria una capacidad crítica para poder cambiar los sistemas.

   El ego (y me refiero al de Freud y Jung como punto de partida) necesita saber autorregularse ante la técnica para responsabilizarse de sus capacidades y no ser tragado. Una labor de aprendizaje, que la pedagogía debe fundamentarse en la biología pero también en las psicologías; y la otra tarea la de educativa de valores. Ésta se transmite por ósmosis. Y los mundos inconscientes actúan. A partir del libro de Goleman: La inteligencia emocional (1995) y el siguiente: La práctica de la inteligencia emocional (1998), los dos van unidos, existe una confusión de los términos preconsciente y subconsciente como si fueran el inconsciente. Es necesario realizar una labor muy pedagógica de aclaración de términos. La ósmosis comienza en la familia, tenga el formato que tenga. Y sino es necesario aceptar las consecuencias de la falta de autocontrol en palabras y hechos de la hijada. Y se prolonga al ir al sistema de enseñanza. Y aquí es necesario un magisterio como un profesorado preparado, formado para cuestionar el mismo sistema de enseñanza donde el alumnado es el centro de atención, pero no el que dirige este centro. La autoridad en el sentir de ayudar a crecer es totalmente necesaria. Que el niño o niña en párvulos o primaria o en la enseñanza secundaria obligatoria (ESO)  o postobligatoria (ESPO) debe orientarse, no la autodirección porque no tiene la capacidad. Además, la pedagogía comprensiva, desgraciadamente mal interpretada, ha llevado a un desprestigio del sistema como de la autoridad de los docentes. Todo un trabajo psiquista no sólo para las personas que presentan disfunciones, graves o ligeras, sino para el conjunto de la población. Hay que recordar el famoso eslogan del Templo de Delfos, recordado por Sócrates: ”Conócete a ti mismo y conocerás tu universo”. Y era un conocimiento global u holístico, es decir, integral. Y hay que ir por el mapa mental del “pre.ego” como del “trans.ego”.

     Es cierto que esta «maquinaria global» quiere «cerebros tecnificados, no críticos» o todo es neurociencia o un manojo de células sin aliento o psique. O como dice Hanna Arendt (1906-1975), por citar a una autora muy conocida: ”La digitalización conduce a la alteración de las capacidades humanas que no pueden modificarse sin cambiar la condición humana”.

   Por tanto, es necesaria “una salud digital” que incluye aprender técnicas, pero al mismo tiempo transmitir valores, que respondan a la realidad actual en las coordenadas correspondientes de espacio y tiempo.

  Y miento tres  libros más de personas críticas: Slavoj Zizet con su libro. Hipocresía (diciembre de 2022) y Byung-Chul, Han: La vida contemplativa (2023). Y en nuestra casa, Esquirol, Josep Maria: Humano, más humano. Una antropología de la herida infinita (2021). Autores para fortalecer la «salud integral», que contiene la «digital a humanizar». Sin embargo, muchas conexiones en las redes sociales me pregunto: ¿Es comunicación? Otro ámbito a debate.

       Como no podremos sacar esta maquinaria global, que en parte nos hace la vida mejor y es necesario que toda la Humanidad pueda disfrutarla, no solo  para un mundo privilegiado. Y ahora tenemos que vigilar las nuevas psicopatologías que pueden inferirse: adicción, acrítico, psicopatía, solipsista y tanto otras que irán manifestándose. Pero trabajando una psicosanalogía o salud integral, es necesario que nos lleve a una autorregulación, una responsabilidad, una capacidad crítica y sobre todo que podamos pasar de la hOminización a la hUmanización. Un tema en primera línea, afortunadamente. Y no en vano el responsable de las jornadas del mes de febrero, decía: «Debemos seguir profundizando en el estudio del universo digital siempre con diálogo con la ciencia moderna y con una visión educativa íntegramente humana».

Y concluyo que es necesario incluir la psicología dinámica o el psicoanálisis, siempre actualizada.

Jaume PATUEL (1935)

pedapsicogogo

Deja un comentario