LA LIBERTAD “RELIGIOSA”

 Jaume Patuel

     El título es ambivalente, por eso pongo religiosa entre comillas. Hablar de libertad es un tema central en la psicología profunda como de la dignidad humana basada en la confianza y el respeto a todo ser humano. Hablo por el evento que tuvo lugar hace sesenta años. El 11 de octubre de 1962 tuvo lugar el inicio del Concilio Vaticano II (CV.II). Fue un acontecimiento, en ese momento, de gran empuje y envergadura en la cultura de cristiandad, a pesar de la crisis cultural que ya existía e iba emergiendo con fuerza. Y ahora nos encontramos de pleno en ella. Un evento mundial y con gran eco en ese momento. Concluyó en diciembre de 1965. Ciertamente, sobre todo a nivel del mundo occidental, las generaciones a partir de los 60 años pueden tener un recuerdo.

   El CV.II se realizó en la basílica de San Pedro de Roma durante cuatro períodos (o sesiones). Y un tiempo muy importante era el de entre sesiones, que daba a la curia y a los grupos minoritarios, la posibilidad de deshacer lo que hacía el Concilio. Este tipo de movimiento de poderes se encuentra en todas las instituciones y también en el mundo psiquista: Ahogar corrientes o personas que no entran en las ideologías de poder. Actualmente podemos ver el caso en Francia, expresado por el psicoanalista lacaniano y fundador de la FEP (Fédération Européenne pour la Psychanalyse), Gérard Pommier, donde  el ministerio de la salud sólo quiere contemplar una línea psiquista para la salud mental. Y en nombre de las “ciencias” ahoga la subjetividad.

  Remarco dos aspectos de aquel evento. El primero el reto que significó luchar por la dignidad humana, expresado en la segunda sesión del CV.II (septiembre-diciembre 1963) que fue muy tensa, al presentar el documento “Dignitatis humanae” (La dignidad del ser humano) donde se pide de forma clara y contundente la libertad religiosa. Es decir que se tenía en cuenta todas las demás religiones, como portadoras de libertad o salvación.

       Esto  que entonces se veía tan claro  en aquel momento una minoría importante se opuso. Uno de los protagonistas fue el episcopado español. Ponía en juego el “nacional.catolicismo”, un aspecto que todavía sigue predominando, tanto implícita como explícitamente. Y actualmente en otras naciones.

     Y esa libertad religiosa no existe actualmente en pleno S.XXI. Los cristianos son perseguidos como otras religiones. Por un lado, unos 200 millones de cristianos se enfrentan de una u otra forma de persecución en unos 60 países. Concreto en Nicaragua o Corea del Sur. Y también los musulmanes Rohingya en Myanmar (Birmania). Hay que añadir la indiferencia religiosa en la cultura emergente en el mundo occidental y   extendida  por todo el globo a través del nuevo paradigma.

     Pero la cuestión ya no es esta únicamente, en mi opinión. El nuevo paradigma, que es económico.científico.técnico, es decir en sí no presenta valores, usa la información o la infocracia para sacar implícitamente no la libertad “religiosa” (cuestión de creencias), sino la libertad humana (cuestión cultural), que es mucho más grave y profunda. Empieza a no haber fácticamente ni el derecho a expresarse ni el deber de poder exponer la verdad.  No se tienen en cuenta. El mundo de los algoritmos o la Inteligencia Artificial o el datismo, entre otros,  se imponen como medios de expresión, que tiene como punto de partida los enjambres o núcleos colectivos, no la individualidad, quedándose en las formas superficiales donde los fake.news, los anuncios de los puros eventos o la fotografía son la “verdad”. Y la mentira cuanto mayor y más repetitiva se convierte en  “una” verdad a creer, como las medias verdades o la calumnia y otras, que los poderes visibles políticos la hacen creer o los poderes fácticos profundos la manejan. Cito del diario Le Monde Diplomatique, de septiembre de 2022. El título del artículo es Un voluptuoso lavado de cerebro, p. 32. Empieza así. “El presidente ucraniano Volodomir Zelenski es el redactor jefe de la mayoría de medios de comunicación occidentales. Sus vídeos diarios marcan la pauta, sus temas y anatemas los reproducen en las horas siguientes desde The New York Times a Le Monde, pasando por el canal Arte, Paris Match, las cadenas de información continua y las radios públicas”. Y como otros medios que crean opinión y no dan información a la orden de los poderos profundos escondidos.

      Y más aún, cualquier pensamiento que no esté de acuerdo con el poder de cualquier tipo, se considera no sólo disidente, sino que va contra la ley de prensa (!). Dicho de otra forma: El poder carece de ética. O como dice el fiscal al joven abogado defensor del inocente en la película “La conspiración” (2010): “En tiempos de guerra no hay leyes”. Y fabricar “guerras” (hay muchos tipos) en la mente de los poderes no es nada difícil. Es necesario mirar a nuestros entornos críticamente, buscando una información no manipulada.

     Si en el CV.II hubo una minoría, que no llegó a imponerse, (del documento 70 votos en contra y 2.308 en pro), una realidad histórica posterior fue negando esa libertad. Y hoy, con el nuevo paradigma, que no contiene valores, que se presenta como humanizador,  una minoría está prohibiendo, manipulando y gestionando que «la verdad» no emerja. Y quienes defienden la verdad se convierten en “disidentes” y son o muertos, o prisioneros, o desaparecen o condenados al silencio. Para poder profundizar, indico el último libro de Byung-Chul, Han: La infocracia (2022). Y se puede ir viendo que una grave consecuencia de la digitalización es no sólo la crisis de la democracia, sino la restauración de poderes totalitarios y el retorno a nuevas esclavitudes, fruto de “la libertad en los usos de los dispositivos electrónicos y digitales”, toda una paradoja.

   Y el segundo aspecto a observar  fue las palabras del obispo de Cuernavaca (México), Mons. Sergio Méndez Arceo (1907-1992), también historiador, dichos en el CV.II. En su diócesis en el monasterio de los benedictinos se hacía el ensayo de introducir el psicoanálisis para profundizar la vocación de los monjes. Hablamos de la década del sesenta del siglo pasado. Existe literatura interesante sobre el tema, y ​​de reciente publicación, como la de Fernando González: Crisis de Fe. Psicoanálisis en el monasterio de Santa María de la Resurrección, 1961-1968. México. Tusquets Editores (2011). Y vayamos por las palabras del obispo Méndez Arceo, que son muy significativas: “No me explico el silencio del Esquema XIII sobre el psicoanálisis […] no podemos ignorar la revolución psicoanalítica, la cual no es menor que la revolución técnica. El discurso psicoanalítico forma parte de la cultura humana, implica una renovación del concepto de hombre y suscita problemas sobre los que no se tenía hasta ahora la menor idea, […]. No faltan católicos que acarician la ilusión de un psicoanálisis cristiano o católico cuando la realidad es que la verdadera ciencia no es cristiana ni no cristiana”. No hubo en ese momento resonancia en el aula conciliar. ¿No ocurre algo parecido hoy en día en muchos lugares donde la psicología profunda o psicoanálisis o psicología dinámica no se tiene en cuenta porque no tiene “el marco científico oficial”? Por otra parte, sabemos que el psicoanálisis ha entrado en la cultura árabe como en la china… o por el contrario, prohibida o no considerada en lugar totalitaristas. Al recordar un evento de hace 60 años, podemos constatar la mente abierta de algunas personas al presentar el psicoanálisis como revolución. Y a lo largo de estas décadas el psicoanálisis ha entrado y forma parte de muchas materias, entre ellas, la espiritualidad como la teología y humanidades. Los tiempos evolucionan y las mentes abiertas se expresan y se imponen. Y la dignidad humana es la base de todo ser humano. Y así se manifiesta en documentos pontificios como el de la Pontificia Comisión Bíblica: La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993)  donde se contempla el psicoanálisis como medio exegético. Y hay buena literatura al respeto, pero poca en castellano.

    La gran atalaya de todos los que de una forma u otra  trabajamos en el mundo psiquista, y más especialmente en la psicología de las profundidades como de las alturas, nos toca luchar por la “dignidad humana” para que pueda expresarse. Y no ser ni enajenados ni dirigidos ni adoctrinados. La historia psiquista está llena de contradicciones. Hay que aprender y más en la situación actual de la mal llamada globalización, tecnificada y mecanizada, y el ser humano considerado como una máquina o un fardo de neuronas o un  manojo de emociones o un robot o esclavo pagado.

   La caída de la cultura de cristiandad en occidente tras influenciar a lo largo de más de quince siglos, la fuerte regresión social hacia la seguridad más que a la libertad, la pluralidad de sociedades, el cruce de culturas, la mediocridad de los dirigentes políticos, como afirma Ken Wilber en el libro Trump y la postverdad (2018) y en el momento de terminar el artículo: Italia con la derecha, Ucrania-Rusia donde ir a la guerra es salvar el alma, la guerra económica en la UE en perjuicio de los débiles y pobres, o el nuevo foco de poder en el Indo.Pacífico, y un largo etc etc todo esto pide una capacidad crítica hecha por la sola antorcha de luz que tiene todo ser humano, como dice Freud en su artículo «El yo y ello» (1923): El ego. Hay que cuidarlo o como intento apostar  por una nueva materia, la egodicea: Fortalecer conscientemente el ego, según la tríada freudiana.

  Por tanto, nos toca informarnos, reflexionar y  decidir desde nuestro m2 si queremos ser libres antes que la seguridad, con la capacidad crítica personal pero que se intenta “apagar la antorcha” para gobernar sin ética en la masa. Freud habló de ello en  La psicología de las masas (1921).

Jaume PATUEL PUIG (1935)

Pedapsicogogo

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