DARWIN, Charles y KROPOTKIN, Piotr

Jaume Patuel

 

Dos nombres conocidos, tal vez, el segundo no tanto. Los cito no para debatir con ellos, sino por lo que pueden significar sus aportaciones en la concepción de todo Ser Humano.

Charles Darwin (1809-1882) fue un naturalista inglés que publicó una de las obras científicas más influyentes en el mundo de la biología: “Sobre el origen de las especies mediante la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida»( On the origin of species…)(1859), pero en la sexta edición de 1872, fue más drástico sin «donde»: «El origen de las especies…«. Así sentó las bases de la evolución, un proceso que es posible gracias a lo que él llamó «la selección natural: Quién se adaptaba mejor era el más fuerte.  Psicológicamente sería tomar el egoísmo como punto de partida y no en sentido negativo. Si el ego no piensa para sí mismo, nadie lo hará. Un valor a tener en cuenta. Ciertamente, parto del concepto freudiano para clarificar mi posición. Uno de los aspectos a mostrar hoy en día es: Cuando hablamos del «ego» ¿Qué queremos decir?, Ego es una etiqueta de un cajoncito de la cómoda, pero ¿qué hay dentro?

Piotr Kropotkin (1842 – 1921) fue geógrafo, zoólogo, naturalista y cierto cariz político. Publicó: “El apoyo mutuo: un factor de la evolución” (1902). Es la obra más representativa de su personalidad. Realiza una particular lectura del darwinismo. Es decir, para comprender el sentido de su tesis básica es necesario partir del evolucionismo darwiniano. Kropotkin lo acepta, pero considera que en su versión divulgativa que nos llega está filtrada por la ideología capitalista como también hoy ya no se filtra, sino que impera. Así pues, la victoria en la famosa «lucha por la vida» ha pasado en el imaginario occidental a ser patrimonio de los «más fuertes». Sin embargo, Darwin en su teoría se inclinaba más por la figura «de los más aptos». Y vio que «los más aptos» no tienen porqué ser los más fuertes sino los que mejor se adaptan a su entorno. Y las especies que más posibilidades tienen de sobrevivir son las que saben encontrar en la solidaridad y la simbiosis, la mejor arma para asegurar su futuro. Y aquí tenemos la noción de «apoyo mutuo». Pero no constituye un ideal ético ni una anomalía que rompe las rígidas exigencias de las dificultades u obstáculos de la vida y por la vida, sino un hecho científicamente comprobado como factor de la evolución, paralelo y contrario al famoso “la lucha por la vida”.

Lo he expresado de una forma muy simplificada, pero lo suficiente para ver que también la biología busca la vida solidaria. El punto de partida es el ego corporal, pero no la meta. Un ego que debe devenir también y al mismo tiempo solidario, altruista, generoso.

Doy un paso más. Teniendo en cuenta sólo la divulgación de Darwin, podemos constatar que la base del capitalismo es el “ego.ismo”. Todo en torno a unos aspectos de las necesidades vitales para el ego. Ciertamente, indispensables para el crecimiento. Pero el neoliberalismo lo toma como punto de partida y al mismo tiempo también de llegada. El ego es la infraestructura como superestructura: alfa y omega. Y desde este ángulo podemos comprender la inhumanidad de la ideología neoliberal: Unos pocos “egos”, centrados en sí mismos, quieren hacer comprender y creer a la sociedad que sólo la competitividad, el triunfo del más fuerte, el rendimiento ilimitado, siempre el ganar o tener más, y a veces a expensas de otros, impulsan la sociedad, y sin olvidar que se necesitan ejecutivos o directores agresivos para sacarla adelante u otros que les hagan el trabajo desagradable. Ésta es la base de la antropología neoliberal. Reduccionista total, y por tanto, inhumana en la aplicación.

Por tanto, el altruismo y la sostenibilidad los apoya siempre que sean rentables. Y cuando no es rentable, no hay soporte ni ayuda. Por tanto, como oí en una tertulia sobre la ética del capitalismo: “Trabajamos por el ego, que es sano; y también por el otro, siempre que sea rentable”. Sin embargo, los momentos donde se manifiesta la profundidad de todo Ser Humano, son en las crisis como la que estamos sufriendo toda la humanidad en estos momentos. Hemos podido constatar esta tesis: Las vacunas sí ayudan, pero la gestión económica, como las patentes o distribución, condicionan la alteridad pero no la egocidad. O dicho con un refrán: “A río revuelto ganancia de pescadores”. Evidentemente que las investigaciones para desbancar al C.9 son fructuosas. La ciencia es una gran ayuda, pero axiológicamente no da valores. El cuodlibeto es, y no superficial: ¿En manos de quien ha estado, está y estará? ¿De la egocidad sólo o también de la alteridad? Apelo a las experiencias e informaciones de la persona lectora.

Para el mundo psiquista es el momento de tomar conciencia no sólo por la sociedad, sino por los diversos poderes claros y ocultos de la importancia de la salud humana integral, no sólo de la fisiológica. El Ser Humano es una totalidad, un fragmentario.

Vistos los dos autores, es necesario conjugarlos y no separarlos. La vida biológica parte de ir fortaleciendo un ego frágil, vulnerable que pueda aprender a conocer y gestionar su limitación. Y este ego, en su evolución o en las tomas de los distintos niveles de conciencia, vive y sabe que no crece si no es relacionándose con los demás. No olvidemos, y hay que recordar, que el ego es fruto de la relación y se autorrealiza siempre en la relación. El ego no es individualidad sino alteridad. Una relación del ego total o yo contigo (el otro ego) o tú total (el otro ego). Hago un paréntesis: Conviene tener en cuenta que el término yo se utiliza como un total o parcial. Por eso hablo del ego, y no del yo. Dicho de otra forma, el ego es el gestor de una nave que hay muchas partes que funcionan de forma inconsciente. Y vemos que el ego conduce la nave, pero no la guía. Lo que no le quita de la responsabilidad de sus funciones.

Y por eso es necesaria una escala de valores o una axiología que de forma dialogal, el ego debe construir con la alteridad. Realizar proyectos en común. También es necesario tener en cuenta el cruce de paradigmas o visiones del mundo en el momento presente.  Por tanto, el diálogo es básico para la autorrealización de todo Ser Viviente Humano. Además, encontrándonos en un mundo digital y telemático. Esto no debe imponerse como se hace en el reino imperial de las hormigas. Lo cito porque ha fallecido, recientemente, el biólogo evolutivo Wilson, Edward O., a la edad de 92 años, uno de sus libros es “La creación. Salvemos la vida de la tierra” (2007) y el creador del concepto: “consiliencia” o la unificación del conocimiento. Y especialista en mirmecología u hormigas.

Y Wilson nos ayuda a comprender que la biología debe ser una base, no la única, para hacer una ética de los derechos humanos universales (que pide otro diálogo entre culturas diferentes), puesto que la realidad del Ser Humano no se agota ni se reduce a la fisiología/cerebro/emociones. Y así entramos en un diálogo para diferenciar la Naturaleza de la Cultura. Un diálogo a más de ser interdisciplinario, tiene que ser transdisciplinario.

Jaume PATUEL PUIG,

Pedapsicogogo.

2 Comments

  1. catalina morey · 2 febrero, 2022 Reply

    Agradeciendo esta reflexión comparativa sobre el ego y a alteridad .Muy bueno por sus fundamentos cientificos que nos permiten el diálogo con todos creyentes y no creyentes .Agradezco su generosidad de ponerlo al servicio de tantos lectores

  2. Luis Troyano Cobo · 2 febrero, 2022 Reply

    Sabemos que en el Universo todo todo está relacionado entre si. Y todo colabora hacia un bien mayor. El ego lo tenemos por algo y está justificado como preservador de nuestra persona. En el Universo lo que impera es la ley del «gana gana» ¿Cómo se entiende esta ley desde el ego? Un ego sano mira por nuestro interese personal obviamente , pero cuando estos están cubiertos, lo sano es volcar la abundancia de todo cuanto se ha conseguido, en los demás y en cumplir los sueños personales. Un egoísmo sin freno es una enfermedad.
    El yogui Sadhguru con mas de nueve millones de seguidores. Al respecto del tema, dice que acumular riqueza material sin limite, -es de tontos-.
    O sea: cuando das de lo que tienes en abundancia. el retorno que recibes de los demás te convierte en un bendecido. Si no das. Quizá seas admirados por los que son como tu. Pero no querido…

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